Análisis: ¿Sudáfrica estará lista para organizar el Mundial 2010?

miércoles, 2 de julio de 2008


Mientras en el resto del mundo los aficionados se frotan las manos pensando en que cada vez falta menos para una nueva y apasionante Copa del Mundo, en Sudáfrica hay una realidad que dista mucho de la de un país preparado para albergar tamaño evento social y deportivo.La ola de violencia xenófoba que ha estallado en Sudáfrica recientemente vuelve a poner sobre la mesa la cuestión sobre las posibilidades reales del país de organizar exitosamente el Mundial 2010, y hasta si en principio fue una buena idea otorgarle semejante responsabilidad.Cuando les fue designado el derecho a organizar el torneo hace ya un tiempo considerable, existía mucha alegría y excitación en todo el continente africano, que tendría la posibilidad de albergar por primera vez al máximo evento del fútbol mundial.Pero los eventos recientes -incluyendo las dudas sobre que los estadios a medio construir estén listos en tiempo y forma- han provocado que las celebraciones disminuyeran considerablemente. La Copa del Mundo es un evento social que abriga la unidad entre las naciones. Es un evento que fomenta la paz. Cuando una sede del torneo comienza a mostrar características que son contrarias al espíritu del juego, entonces hay suficientes motivos para preocuparse. Es el caso de los recientes y trágicos hechos de violencia que han sacudido al país.Para quienes no han estado al tanto de las últimas noticias internacionales, en Sudáfrica al menos 42 personas murieron y más de 25.000 huyeron luego de 13 días de ataques de multitudes que han apuñalado, apaleado y quemado a inmigrantes de otras partes de África, a quienes acusan de quitarles el trabajo y aumentar el crimen.Como africano, estoy definitivamente a favor de que la Copa del Mundo venga a nuestro continente, pero no me inclinaría particularmente en hospedarlo en medio de una crisis social como la que vive Sudáfrica en el presente.ProblemasSudáfrica siempre ha tenido sus problemas con el crimen e inestabilidad social, pero existía este ciego optimismo de que quizás, y solo quizás, el país podría superar -o al menos, controlar- este mal nacional para poder organizar exitosamente el torneo. Y gracias al excesivo sentimentalismo de parte del pez gordo de la FIFA, Joseph Blatter, no fue difícil imaginarse a la tierra de los Amazulus saliendo como favoritos para organizar el torneo con éxito en 2010.Pero con apenas dos años hasta el puntapié inicial, ya nadie está seguro si Blatter tomó la decisión correcta. Los problemas aún reinan y los estadios no están listos, con la prueba de fuego de la Copa Confederaciones 2009 a la vuelta de la esquina.Su decisión aparece cada vez como menos y menos sabia, teniendo en cuenta lo saludables de otras opciones en el continente. Si tenía que ser África, ¿por qué no la más serena región del norte? ¿Por qué no Egipto o Marruecos?Egipto ya supo organizar con éxito un Mundial Sub 17 y es un hecho que la próxima Copa del Mundo Sub 20 será allí. Incluso Nigeria y Túnez ya saben lo que es organizar un Mundial juvenil. Pensábamos que para Blatter eran necesarias “pruebas” de este tipo para que los países subdesarrollados demostraran que pueden albergar al máximo torneo, tal y como se lo dijo a Venezuela tras la magnífica Copa América 2007.Tanto Egipto como Marruecos se postularon para el 2010, pero Sudáfrica ganó en forma unánime. El hecho de que Sudáfrica se impusiera tan categóricamente se debe a las promesas de por aquí y de por allá, luego de que el país africano perdiera por un solo voto contra Alemania en la carrera por el Mundial 2006. Pero esa no es razón suficiente para elegir a una sede mundialista, está más que claro.En cualquier caso, resulta obvio que Blatter metió la pata en su inflexible elección de apoyar esta candidatura. El uno de la FIFA espera que un país que no puede garantizar la paz y la estabilidad a su propia población, sí lo haga con 32 delegaciones extranjeras y con cientos de miles de aficionados de todo el mundo.¿Plan B?Lo más preocupante del asunto es que la FIFA no haya preparado un plan de contingencia para la Copa. Debe existir un Plan B en caso de que Sudáfrica no llegue a tiempo con los preparativos o que en vísperas del torneo vuelvan a estallar situaciones como las de las últimas semanas.Para Blatter sería una gran derrota que el Mundial no sea en Sudáfrica, y será por eso que ni siquiera se ha contemplado la opción de otra sede. Al menos pudo mencionarlo, como un recurso para que los organizadores aceleraran la construcción de los estadios, al sentirse amenazados. Pero no.El Plan B es necesario porque, como africano, prefiero no ver un Mundial en África, antes que ofrecer al mundo un certamen desastroso. ¿Blatter puede decir lo mismo?


Por Martín Decaux y Awenlimobor Silvestre (Corresponsal en África para Goal.com)

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